Frustra, preocupa y es de lamentar que luego de medio siglo de democracia, en Venezuela aún exista una minoría vocinglera que le da vivas a la dictadura. Los venezolanos que trasladan a Honduras sus deseos, carencias y frustraciones, no son una novedad porque durante mucho tiempo, sobre todo en bares y pasada la media noche, se escucharon voces de borrachos que pedían la vuelta de Pérez Jiménez.
Pero de allí no pasaba la cosa porque ni los medios, ni la Iglesia, ni las academias, por más desaveniencias con los gobiernos adecos y copeyanos, se atrevían a postular la dictadura militar como modelo a seguir en Venezuela.
Por eso es de lamentar que haya una minoría compuesta de comunicadores, obispos, pero sobre todo señoras y señores y en el otoño de sus vidas, que se dedican a explicarle a jóvenes que han crecido en libertad, que secuestrar un Presidente de madrugada, expulsarlo contra su voluntad al exterior sin siquiera el cepillo de dientes, cerrar medios para que la gente no se entere qué pasa, colocar militares en cada esquina importante y un largo rosario de hechos que engloba todas las violaciones a los derechos humanos que se puedan cometer, es un modelo político a seguir en Venezuela.
Como la situación de enfrentamiento va a seguir porque número uno el Presidente continuará su labor de torero que provoca al toro. Número dos los restos de instituciones que ayer se llamaron partidos carecen de líderes y de liderazgo como para frenar los bajos instintos.
Y número tres hay gente poderosa, con medios de comunicación masiva a su servicio, a los que no les conviene aceptar que no es la dictadura militar sino el capitalismo popular la solución a los problemas que crea el socialismo —el de ahora que los ha alejado de las mieles del poder... y el de antes de ayer que esos comunicadores exprimieron a su gusto— ... entonces a quienes no comulgamos con la irresponsabilidad que quiere entronizar la guerra civil en Venezuela... solo nos queda predicar.
Afortunadamente en esto no estoy sólo como en otras oportunidades hemos estado los liberales. La abogada Rocío San Miguel, esposa de militar postergado en sus ascensos por este Gobierno; sin embargo en una entrevista que la enaltece calificó los sucesos de Honduras como golpe militar inaceptable. Pero hay otro testimonio que fue escrito hace tiempo por el catedrático estadounidense Robert Dahl quien es profesor emérito de la universidad de Yale y es considerado el gurú de la politología gringa, aparte de estar ligado al Partido Republicano.
Valga decir que el profesor Dahl, al igual que Rocío San Miguel y quien escribe estas líneas, no es sospechoso de militar en el Socialismo del Siglo XXI. Pero ¿qué dice Dahl porque Rocío ya se pronunció y yo también?
En su clásico La Democracia y sus críticos, página 43, Dahl afirma y alerta cuando dice “Si una mayoría sustancial (o aún una minoría sustancial) se opusiera a la idea de la democracia y prefiriese otra alternativa (digamos un Gobierno monárquico o aristocrático), es muy improbable que ese grupo o pueblo llegase a gobernarse democráticamente”.
Todo está dicho y no basta con protestar... hay que comenzar a reeducar mientras llega el milagro que frene al torero y deje de multiplicar los mugidos de los pocos bueyes y mulas que piden desde medios irresponsables un golpe militar.
Domingo Alberto Rangel Mantilla
lunes, 13 de julio de 2009
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